Actualmente se vive un proceso de transformación educativa que busca el desarrollo competencial del alumnado y lo sitúa en el centro del aprendizaje. Esto hace que los programas educativos revisen su oferta para alinearla a las nuevas necesidades y retos. En este escenario, las oficinas técnicas que gestionan los programas toman un papel fundamental para asegurar el desarrollo y ofrecer un acompañamiento pedagógico de calidad a los participantes.

Uno de los modelos por los que apuestan cada vez más entidades e instituciones es el de ofrecer propuestas educativas a desarrollar de manera autónoma por parte de los docentes, a través de programas educativos en formato digital o kits de recursos didácticos. Estos programas facilitan una amplia variedad de materiales de apoyo tanto para el docente como para el alumnado, de esta manera los mismos docentes pueden adaptarlos a su contexto y necesidades particulares. Estos programas tienen varias ventajas:

  • Aportan propuestas educativas flexibles y de calidad.
  • Fomentan el uso de nuevas metodologías en el aula (como el trabajo por proyectos, el aprendizaje por servicio …).
  • Enriquecen la programación curricular con temáticas actuales que fomentan las competencias para la vida del alumnado (como el fenómeno del big data, la identidad digital, el consumo responsable, el emprendimiento …).
  • Apoderan al docente como elemento transformador de la práctica educativa de los centros.
  • Permiten universalizar el acceso a estos programas a una gran diversidad de centros y territorios, sin depender de recursos físicos ni de la presencia de educadores externos y optimizando al máximo los recursos.

Lavola tiene experiencia en la creación de este tipo de programas educativos, ya sea realizando el diseño de actividades en formato kit, como el proyecto Saneápolis, o a través de la elaboración de guías didácticas en formato digital, como las que se han desarrollado por el proyecto ‘Vidreamers‘ de Ecovidrio. Este tipo de programas educativos requiere contar con una oficina técnica que garantice su implementación, ofrezca orientación pedagógica a los docentes en la aplicación de la propuesta educativa y refuerce el modelo de gestión de manera eficaz y resolutiva.

A través de la larga experiencia de Lavola en la gestión de programas educativos constatamos que una buena oficina técnica se fundamenta sobre todo en conseguir maximizar el impacto de un programa, tanto cuantitativo como cualitativo:

  • Impacto en el número de usuarios. A través de estrategias de difusión y comunicación, y de la fidelización de los usuarios, la oficina técnica vela por conseguir que el programa llegue al máximo número de participantes, tanto los alumnos como los docentes. Además, la oficina técnica se encarga de hacer un seguimiento, de monitorizar y medir de manera rigurosa el perfil y volumen de usuarios del programa.
  • Impacto del programa educativo en el desarrollo competencial del alumnado. Las oficinas técnicas tienen un papel capital, dado que son las responsables de acompañar al docente en el desarrollo del programa, velar por su aplicación, potenciar su aprovechamiento … En este sentido, la oficina técnica actúa de Coach educativo, ofreciendo un apoyo constante durante las diferentes fases de participación en el programa.

Desde consultoría educativa ofrecemos soluciones integrales en la creación y gestión 360º de programas educativos, enfocadas a potenciar su impacto y procurando que cada ser humano adquiera los conocimientos, actitudes y valores necesarios para forjar un futuro sostenible a todos los niveles.

La figura del Coach educativo permite ayudar a los docentes a conocer mejor el programa, adaptarlo a sus necesidades y apoyar en el desarrollo de actividades o herramientas concretas. El acompañamiento pedagógico permite a la vez conocer la implementación de los programas en el aula, y tener un feedback constructivo que ayuda a mejorar el programa y construir una relación de confianza e intercambio con el docente. Además este acompañamiento debe ser flexible y modulable a las necesidades de los docentes. De este modo, el acompañamiento puede limitarse a estar presente para resolver cualquier duda, en establecer comunicaciones de valor e interés que mantengan viva la aplicación del programa, o en realizar un acompañamiento mucho más personalizado a las necesidades individuales de cada docente o cada aula. Este coaching también debe promover el trabajo en red entre docentes (peer to peer), o entre diferentes centros educativos, para facilitar el intercambio de experiencias entre participantes generando evidencias concretas que transformen las prácticas educativas y aumenten el impacto de los programas. En resumen, la oficina técnica ha de apoderarse al docente para que este aplique la mejor versión del programa y consiga mejorar el desarrollo competencial del alumnado.

En la cuestión operativa, los equipos que trabajan en la gestión diaria de la oficina técnica son conocedores de primera mano de la oferta educativa y son unos prescriptores fiables para los docentes. Asimismo son también las personas que mejor palpan la realidad diaria del programa, mantienen contacto constante con los públicos finales y los usuarios, informan de la acogida o interés que suscita, detectan los puntos fuertes y los aspectos a mejorar, y gestionan eficientemente el día a día del programa.

Lavola desarrolla este servicio de oficina técnica en diversos programas educativos a diferentes niveles, desde la gestión de las reservas, pasando por la difusión o el acompañamiento pedagógico a los docentes. Un buen ejemplo de gestión integral de este servicio lo encontramos en la oficina técnica de los programas educativos de EduCaixa, que engloban 7 programas educativos diferentes enfocados al desarrollo competencial del alumnado.

Alba Bonàs
Responsable de consultoría educativa de Lavola