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La crisis generada a raíz de la pandemia del COVID-19 ha impactado en nuestra manera de entender y relacionarnos con el mundo, la ciudad y con nuestros vecinos y vecinas. Las administraciones locales necesitarán su complicidad y compromiso para hacer frente a los retos de la nueva normalidad que se vislumbran, y las campañas de información y sensibilización son elementos esenciales en este proceso.

Las consecuencias sociales, ambientales y económicas serán muy importantes y será necesario que los municipios desarrollen estrategias innovadoras y ambiciosas para dar respuesta a las nuevas necesidades de comunicación e información a la ciudadanía. El escenario post-confinamiento nos ofrece grandes retos y grandes oportunidades.

Los nuevos retos de los municipios

En el muy corto plazo los ayuntamientos están llamados a jugar un papel protagonista en la comunicación y la sensibilización a la ciudadanía, el comercio y los servicios, los visitantes, etc., sobre las pautas de comportamiento y normas sanitarias o de distanciamiento social. ¿Qué acciones de comunicación y sensibilización convendrá emprender?

  • Sensibilización sobre las nuevas pautas de conducta. La comunicación y sensibilización hacia las pautas de distanciamiento social, de uso y acceso al espacio y los equipamientos públicos y los protocolos sanitarios, serán cada vez más relevantes. Todo ello implica interiorizar nuevos hábitos y normas que pueden resultar incómodas o de difícil comprensión por parte de la ciudadanía, pero también porque cabe la posibilidad que disminuya la percepción de peligro y se produzca un efecto de relajación de la ciudadanía.
  • Comunicación de la gestión de nuevos residuos sanitarios. Se puede asegurar que los nuevos residuos sanitarios (mascarillas, guantes, pantallas, etc.) han venido para quedarse durante un período de tiempo aún incierto y la ciudadanía deberá tener clara cuál es su correcta separación, y cómo tratar los residuos en el caso de las personas enfermas. Además, habrá que concienciar de la importancia de no dejar estos residuos fuera de los contenedores de rechazo o incluso en papeleras abiertas como las que hay en las calles o en los parques. Esta información es clave para proteger a la población, particularmente a los trabajadores de los servicios de limpieza, y asegurar la correcta gestión de un nuevo tipo de residuos.
  • Hacer frente al gran volumen de información (ya la desinformación). Estamos conviviendo con un gran volumen de información centrada en la Covidien-19, incluso se podría hablar de intoxicación. Desde las administraciones, como fuente fiable de información para la ciudadanía, habrá un esfuerzo importante para generar seguridad informativa a la población, dando mensajes concretos, directos y claros, y adaptados a los diferentes perfiles de población.
  • Planes de contingencia para una potencial segunda ola. Una segunda oleada de contagios o rebrotes focalizados antes de que exista una vacuna para el coronavirus es una amenaza muy real. En este sentido, al igual que las administraciones deberán disponer de planes de contención para garantizar la continuidad de los servicios públicos, también deberán tener a punto estrategias de comunicación de crisis para activarlas rápidamente y de manera amplia.

¿Cuál queremos que sea nuestro modelo de sociedad del futuro?, ¿cómo haremos la transición hacia la nueva normalidad? Tenemos la oportunidad y, por lo tanto también la responsabilidad, de mejorar nuestras acciones, de buscar una sociedad más justa, cívica, abierta y comprometida con el resto de los ciudadanos y con el medio ambiente.

Las administraciones deben acompañar a la ciudadanía en este proceso y se debe tener la mirada puesta en las oportunidades de futuro y el gran margen de mejora y bienestar que tenemos la posibilidad de conseguir. ¿Qué oportunidades merece la pena aprovechar?

No deshacer el camino que se había avanzado en sensibilización ambiental

Los municipios tendrán la necesidad de reorientar o reforzar las campañas de tipo ambiental habituales, pero que tomarán mayor relevancia a raíz de las consecuencias del COVID-19 y ante el riesgo que se hagan pasos atrás en todo lo que se había avanzado en sensibilización ambiental en los últimos años.

  • Evitar la caída del uso del transporte público y fomentar la movilidad activa. Siguiendo las recomendaciones del Gobierno y las restricciones derivadas del estado de alarma, el uso del transporte público ha descendido significativamente. Hay que trabajar en alternativas en la movilidad activa no contaminante, como por ejemplo la bicicleta, al tiempo velar por dar seguridad a los usuarios del transporte público. Las acciones de sensibilización serán clave para hacer ver que, modificando nuestros hábitos de desplazamiento, podemos conseguir objetivos para mejorar nuestra calidad de vida.
  • Hacer un uso racional de los plásticos. Con la crisis del COVID-19 hemos visto que los plásticos tienen aplicaciones indispensables para la salud, pero también hemos visto cómo, debido al miedo al contagio, se ha vuelto a disparar el consumo de productos envasados ​​o empaquetados y de elementos de un solo uso. Este será uno de los retos más profundos: como atender a las comprensibles reticencias y precauciones de la ciudadanía y al mismo tiempo, la necesidad de sensibilización para un uso racional de los plásticos.
  • Apostar por el consumo responsable y sostenible. Otro aspecto que se está viendo alterado y modificado significativamente son nuestros patrones de consumo. Cuando regresamos a la normalidad, los municipios deberán realizar acciones para devolver la tranquilidad a los consumidores y la confianza en el pequeño comercio local y de proximidad, para fomentar la economía local que se habrá visto muy perjudicada frente al comercio electrónico. Por otra parte, con esta crisis se ha extendido ampliamente el debate sobre la relación entre la pandemia y las implicaciones ambientales y sociales del actual modelo global de fabricación, distribución y consumo. Será el momento de sensibilizar a la población hacia un modelo de consumo diferente.

Los informadores y agentes cívicos, la clave para una comunicación que perdure

Fruto de la experiencia de Anthesis Lavola en el diseño, planificación y ejecución de campañas de sensibilización ciudadanas, se puede afirmar que la interacción directa con la población es clave para conseguir los objetivos marcados por nuestros clientes. La empatía con la ciudadanía, la adaptación del discurso a cada interlocutor, la formación de los equipos de informadores en técnicas de habilidad comunicativas y la sensibilización, son algunos de los elementos más relevantes.

En el escenario post-covid el reto que tenemos por delante es mayúsculo, el esfuerzo que se pide a la sociedad será importante, pero también nos puede aportar una oportunidad de mejora única. Tenemos la oportunidad colectiva y por tanto, también la responsabilidad, de mejorar nuestras acciones, de buscar una sociedad más justa, cívica, abierta y comprometida con el resto de los ciudadanos y con el medio ambiente.

La clave será contar con el apoyo, implicación y apoyo de la ciudadanía en cada una de las acciones y necesidades que se vayan generando y, para este fin serán imprescindibles las campañas de sensibilización llevadas a cabo con informadores y apoyadas por acciones comunicativas imaginativas e inteligentes.

Consulta el artículo completo en la web de Anthesis Lavola.

Laura Toset
Resposanble de campañas

El programa educativo Mancoeduca asociado a los cambios de gestión en el transporte urbano es una de las líneas estratégicas con las que Anthesis Lavola trabaja para la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona (MCP). Un proyecto que concibe la educación para la sostenibilidad como un instrumento de apoyo en la gestión de cualquier reto ambiental.

La educación para el desarrollo sostenible (EDS) debe ser una herramienta imprescindible de la gestión ambiental. Este es un principio orientador que aparece en prácticamente todos los documentos internacionales y nacionales sobre el tema. Parece claro y, sin embargo, no siempre funciona de esta manera. En muchas ocasiones se diseñan programas, acciones o actividades en paralelo o sin cruces claros con los objetivos estratégicos de la gestión ambiental. Una ciudad tiene problemas de movilidad, pero trabaja con mayor esfuerzo temas de residuos en sus programas; o una región se enfrenta a retos de conservación de la biodiversidad y los programas siguen trabajando desde el conocimiento de las especies botánicas y zoológicas. O cuando se trabajan temáticas más potentes y transformadoras como el cambio climático, se plantean de forma general sin reconocer e integrar la realidad del entorno inmediato.

…Pero cuando se tiene la oportunidad de trabajar con equipos de personas técnicas de la administración con una poderosa visión estratégica, las miradas que integran la EDS y la gestión se alían para imaginar proyectos viables y de una maravillosa sencillez que permiten acercarse a la ciudadanía desde y con su realidad.

Esto ocurre en el programa Mancoeduca de la MCP en el que Anthesis Lavola está participando en la ideación y diseño de un proyecto educativo asociado a los cambios de gestión en el transporte urbano. El equipo partía de un contexto muy claro, siendo consciente de que cuando se aborda la movilidad de las personas, se están tocando temas muy sensibles. Cambiar las frecuencias o el recorrido de las “villavesas” (los autobuses urbanos e interurbanos de la MCP) por diversas necesidades de gestión (movilidad más sostenible, adecuación a nuevas zonas residenciales, mejora de la eficiencia del servicio, etc.) tiene consecuencias y respuesta social. Anticipando este escenario, desde la Gestión del Transporte en la MCP trabajan con campañas de comunicación, sensibilización y proximidad para acercar los cambios a los Ayuntamientos de los municipios que conforman la comarca, en primer lugar, y después a la ciudadanía. Y desde septiembre de 2019 se han unido a estas acciones a un proyecto educativo integrado en la oferta del programa Mancoeduca que trabaja en 3 ejes fundamentales de la movilidad sostenible:

  • la salud y el transporte,
  • la gestión del transporte,
  • y el buen uso y convivencia en el autobús como espacio compartido.

De esta manera el proyecto tendrá actividades ligadas a cada uno de estos ejes. Así cuando se producen cambios en la gestión del servicio, el equipo educativo de Mancoeduca trabaja con las comunidades escolares afectadas de forma diferencial y cercana. En primer lugar, se ofrecen las actividades de gestión del transporte para contextualizar y explicar los cambios, pero también el resto de la oferta educativa que les permita integrar el transporte con una mirada más global en el aula y en el centro educativo.

Desde el equipo de consultoría se ha diseñado la actividad “Cambios en el transporte y movilidad” dirigida a secundaria y bachillerato, que ya ha sido pilotada en varios centros escolares. Se trata de una actividad que trabaja la relación del transporte con la huella de carbono y, por ende, con el cambio climático, y que además permite introducir en el aula los cambios de las líneas de transporte e incentivar su uso real e inmediato para llegar al centro educativo.

Durante la actividad se trabajan los distintos medios de transporte con los que nos movemos por la comarca y plantea a los escolares que calculen sobre su realidad las emisiones de CO₂ que producen en sus desplazamientos al centro educativo. A la luz de estos resultados, planteamos que imaginen otros escenarios viables que introduzcan otras formas de transporte como el transporte público, la bicicleta, a pie y todas las combinaciones posibles. Y recalculamos las emisiones de CO₂ . La reflexión conjunta, con los resultados individuales y grupales del aula, ayuda a prospectar su futuro inmediato (en meses, años, etc.) y favorece que, en la parte final de la actividad, se puedan proponer compromisos concretos desde el plano individual al colectivo.

En Anthesis Lavola nos encantan estos proyectos donde educación y gestión se alían y caminan juntos. Reforzamos que la EDS es un apoyo con un enorme potencial que sirve para acercar la complejidad o simplemente el entendimiento entre la gestión ambiental y las personas. La EDS no sólo entendida como una herramienta para la transformación social sino también como una excelente manera de recabar información, de entender las percepciones o las dificultades que las personas tenemos en temas complejos y globales. Nos ayuda a desarrollar el espíritu crítico frente a los retos ambientales, tiene potencia para capacitar para la acción en el camino hacia una mejora activa de nuestro entorno y, finalmente, es método y estrategia para empoderar a la ciudadanía y construir, entre todas y todos, el camino de la sostenibilidad.