El próximo curso se implementa el Servicio comunitario en la ESO, un proyecto educativo basado en la metodología de Aprendizaje – Servicio (APS) para desarrollar la competencia social y ciudadana. Conversamos con Laura Rubio, experta en la materia, para reforzar nuestro conocimiento sobre estas acciones educativas para ofrecer a nuestros clientes.

El Centro Promotor de Aprendizaje Servicio está formado por diferentes instituciones y entidades y trabaja para promover el estudio, la difusión y el desarrollo de proyectos de aprendizaje servicio. Estos se definen como “una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado en el que los participantes se forman trabajando sobre necesidades reales del entorno con el objetivo de mejorarlo “.

Para articular el proyecto participan, por un lado, un centro educativo que aporta el alumnado, la mirada pedagógica y la manera de concretar el proyecto y, por otra parte, una entidad que se encarga de transmitir conocimientos al grupo de estudiantes y de acercarse a una realidad de su entorno. Desde Lavola, como expertos en la gestión y diseño de proyectos educativos para programas, equipamientos y museos, vamos de la mano de las entidades con las que trabajamos para idear conjuntamente proyectos de APS y dinamizar las sesiones en los centros educativos. Somos una pieza más en la articulación de estos proyectos de APS ofreciendo nuestra solución de consultoría educativa.

La relación que se establece entre todos los agentes, como explica Rubio, pone en un mismo nivel el centro educativo y la entidad, que se necesitan mutuamente para poder desarrollar el proyecto. Y añade que, la filosofía de base de un proyecto de APS debe ser que las dos partes deben aportar y deben ganar.

Pero, si bien desde el punto de vista de un centro claro el interés educativo que tiene un proyecto de APS – más allá de la obligatoriedad del próximo curso -, cuál es la motivación de una entidad para implicarse s ‘hay?

No se puede entender el desarrollo de proyectos de esta naturaleza sin partir de la idea de ciudad educadora para reconocer la valía y la potencia del sentido educativo que tienen todos los agentes que configuran la ciudad, desde la ciudadanía en general hasta las instituciones .

En este sentido, el gran valor de la APS por las entidades es la manera de concretarse como agente educativo de primer orden y visibilizar su agencia educativa en un espacio de ciudad, en una población o un municipio.

De entre la diversidad de entidades susceptibles de llevar a cabo un proyecto de APS hay que ya reconocen esta voluntad educativa y que podrían identificar la APS en su plan estratégico. En cambio, hay otros que no tienen esta misión pero, en ambos casos, encuentran una manera de sentirse parte de la formación de otras personas.

 Los proyectos de APS pueden acabar concretándose de muchas maneras diferentes pero todas las entidades que participan comparten la cristalización de ser una agencia educativa que, en este contexto actúa como un complemento de la labor de los centros educativos: desde la su experiencia aportan miradas y perspectivas que no tienen por qué estar integradas en el centro educativo.

 

Entonces, ¿qué supone ser una entidad que trabaja en el ámbito educativo o que identifica la educación como un elemento estratégico de su organización, impulsar un APS?

Las entidades que tienen experiencia previa en educación han de ver los proyectos de APS como una oportunidad que les permite repensar lo que hacen e integrarlo en un proyecto innovador. Supone una oportunidad para explicar su misión y hacerse visibles en su entorno. En definitiva, la entidad lo visibiliza como una ganancia.

 

En Lavola trabajamos con entidades que potencialmente pueden ser agentes educadores que impulsen proyectos de servicio comunitario en temáticas como la educación ambiental, la sostenibilidad, la ciencia y tecnología. ¿Qué proyectos de APS son potencialmente atractivos, por estas entidades con las que colaboramos?

 Las necesidades sociales que se identifican son de ámbitos muy diferentes y desde una perspectiva de relación con las personas y con el entorno, las acciones educativas tienen mucho alcance.

Se trata de proyectos muy valiosos, ya que nos interpelan como ciudadano y nos invitan a reflexionar sobre nuestro entorno urbano y medioambiental, y nos hacen responsable.

 Los proyectos han de pensar no sólo desde la acción social y directa sino que también desde una perspectiva más amplia de justicia global. Cualquiera de las acciones deben permitir una reflexión sobre cómo soy como ciudadano y qué relación tengo con el mundo y la APS debe ser una oportunidad para hacer una mirada en estos términos.

 

 Como una entidad puede empezar a desarrollar un proyecto de servicio comunitario con un centro educativo?

 Es bueno que se identifiquen acciones que ya se hacen, tanto desde la entidad como desde los centros educativos. Todo lo que pueda tener una familiaridad con la APS es un buen punto de partida para empezar a caminar. Las acciones pueden ser cargadas de más aprendizaje y de más servicio, se pueden pensar desde una nueva óptica y dotarla de más sentido y significación.

No necesariamente tienen que inventar nuevas acciones u objetivos sino que hay que identificar el que los jóvenes tienen que aprender en el momento del curso y del currículo que les pueda aportar una nueva mirada, un nuevo procedimiento, valores y actitudes, que ya están recogidos y que hay que darles un espacio significativo para que tengan sentido.

A partir de ahí, trazar los objetivos concretos con el centro educativo y trasladarlo a los estudiantes. Se recomienda que sea la entidad quien tire un reto para interpelar el alumnado y poner un listón de calidad diferente del puramente escolar.

 

A Lavola tenemos experiencia en proyectos de aprendizaje servicio que hemos desarrollado conjuntamente con nuestros clientes. El curso 2017-18 se diseñó con la Fundación Naturgy una propuesta de servicio comunitario para estudiantes de segundo ciclo de ESO sobre eficiencia energética, con el objetivo de promover acciones de compromiso cívico donde el alumnado ejerza una ciudadanía activa, poniendo en juego sus conocimientos y capacidades.

Este curso 2018-19 se ha desarrollado un proyecto piloto de servicio comunitario por el programa Com funciona Barcelona?, del área de Ecología, Urbanismo y Movilidad del Ayuntamiento de Barcelona, ​​con un instituto de la ciudad. La experiencia ha consistido en llevar a cabo acciones de sensibilización ambiental y sostenibilidad entorno del Parque de la Ciutadella. Además,ha servido para crear un producto estándar para el programa educativo, que se pueda replicar en otros centros educativos, siempre partiendo de las especificidades y los intereses de cada grupo.

Para ambos proyectos de servicio comunitario desde Lavola hemos aportado nuestra experiencia, tanto en los contenidos específicos de cada APS como en la adecuación pedagógica de las propuestas, y hemos dinamizado las sesiones de trabajo en el aula, haciendo el seguimiento y la evaluación de la mano del centro educativo.